Costumbre macabra del antiperonismo contra Evita y lo que representa

Por medio de un tuit publicado por la senadora Juliana Di Tullio (FdT), nos enteramos que habían bajado un cuadro de Eva Perón, patrimonio de la Nación, de su lugar en el salón del Senado que lleva su nombre. Los rumores indicaron que la orden de descolgar el cuadro partió del nuevo director de Cultura del Senado, que responde a la flamante presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel. Es que sabemos que a VV le molesta el peronismo, le molesta la imagen de Evita porque siempre coqueteó con los “videla” de la historia oscura argentina, porque representa la ideología negacionista de nuestros desaparecidos y porque enarbola como bandera la teoría de “los dos demonios”.

Muchos dirán, ¿qué tanta importancia le dan a un cuadro?

Pero ahí está la lucha simbólica y vale marcar primero que todos los cuadros que están en el Congreso, son patrimonio nacional y que la figura de Eva Perón representa mucho, y gran parte de la lucha por los derechos de los trabajadores y de las mujeres. Y que, como si fuera poco, la historia nos mostró sobre la costumbre macabra del antiperonismo de agredir el cuerpo y la imagen de Evita, siempre.

Lo que ocurrió me lleva a pensar primero en la intolerancia o negación pero al mismo tiempo sé que no es algo que haya ocurrido por primera vez y tristemente, no será la última porque siempre habrá algo que moleste a los libertarios. Me dicen: ¡estás hablando de un cuadro! ¿Por qué tanto quilombo? Pero es que, sobre Eva Perón, ¡qué no se dijo de ella en vida!: “Viva el cáncer”, por ejemplo y, muerta, vulneraron su cuerpo, atacan su imagen y legado pretendiendo defenestrarla, pero lo que representa sigue latente en el movimiento nacional y popular, en el mboriajú, en aquel abuelo que la recuerda, en aquel peronista que la reconoce y en aquella mujer que hoy goza de derechos políticos gracias a su lucha silenciosa y efectiva.

Además, VV viene militando al terrorismo de Estado desde años y años, y hasta hay quienes la califican como “la aprendiz de la ‘escuela del terror’”.

El cuadro de Evita Soberana de Gonnet fue quitado a escondidas porque pareciera que molesta la presencia de Evita y su representación. Luego que comenzaron las quejas, “reapareció”, colgado en su lugar. Al caer la noche del 18 la “Evita Soberana” ocupó su sitio emblemático.

Ah, y por si fuera poco, antes de volver a colgar el cuadro en su lugar, lo ofrecieron cual remate por distintas oficinas hasta que la nueva secretaria administrativa de la Cámara hizo que vuelva. La excusa desde el entorno de la vicepresidenta fue que “era un trabajo de limpieza”. Ponele, dirían los chicos. Pero no comemos vidrio.