¿Es el peronismo quien deberá reconstruir la Argentina o tenemos Milei para rato?

Por: Elio Albarenga

La Argentina se encuentra en una encrucijada histórica, con una crisis económica y social que no da tregua. Mientras algunos sectores apuestan por la "mano invisible" del mercado y las recetas neoliberales que representa Javier Milei, otros ponen sus esperanzas en el peronismo, un movimiento que ha demostrado, a lo largo de las décadas, su capacidad para reconstruir el país en momentos de caos. Pero la pregunta no es solo si el peronismo tiene la capacidad, sino si tendrá la oportunidad.

Milei emerge como un fenómeno disruptivo en la política argentina, con promesas que seducen a quienes están cansados de la corrupción, la inflación y la falta de respuestas concretas. Pero, detrás de su discurso incendiario, se esconde una visión que ya hemos visto antes: un país gobernado por las leyes del mercado, donde el Estado se reduce a su mínima expresión, y donde los sectores populares, lejos de fortalecerse, son marginados.

El peronismo, por su parte, no es ajeno a las críticas. Ha tenido errores y aciertos, pero su esencia ha sido siempre la misma: la defensa de los más vulnerables y la creencia en un Estado fuerte, presente y garante de derechos. La militancia territorial peronista, lejos de desaparecer, se mantiene viva en las calles, en los comedores, en los barrios más humildes, donde el trabajo comunitario sigue siendo un pilar fundamental.

La verdadera reconstrucción de la Argentina no vendrá de la mano de ajustes brutales ni de la destrucción de las instituciones, sino de un proyecto político que integre a todos los sectores, que entienda que la crisis no se resuelve con más desigualdad, sino con más justicia social. Y esa es la promesa que históricamente ha hecho el peronismo.

Entonces, ¿tenemos Milei para rato? Eso dependerá de si los argentinos caemos en la trampa del salvador providencial o si apostamos por un modelo que ya ha demostrado su capacidad para sacar al país de momentos oscuros. El futuro está en nuestras manos. Pero si algo nos enseña la historia, es que la reconstrucción de la Argentina no vendrá de la mano del mercado, sino de la política que pone al pueblo en el centro de la escena. Y esa política, guste o no, siempre ha sido el peronismo.